Iba de la mano de mi papá, aunque todos los demás pronto lo conocerían como mi hermano mayor, y él que podía leer mis pensamientos sabia que moría de ganas de hacer que un grupo de 20 adolescentes y un profesor de literatura, me adoraran con el sólo hecho de poner un pie dentro del salón de clases. Le sonreí y puse mi mano en su mejilla, con mi manera especial de comunicarme, le dije, sin necesidad, porque él ya lo sabía, que estaba muy contenta y que iba a estar muy bien, me besó la frente y salí directamente al edificio “A” donde tendría mi primera clase.
Todavía no entraba en el pasillo cuando un joven me abordo.
- ¡Hola! Tu debes ser Renesmee Cullen ¿verdad?
– Nessie – conteste sonriendo – Así me dicen.
– Ah mira que bien, yo soy George… bueno pues mi papá trabaja con el tuyo, digo… bueno, con el Doctor Cullen, en el hospital… él me contó lo que paso con tus padres, cuanto lo siento.
- Gracias – dije con una sonrisa radiante. Después me quede pensando que debería aparentar estar realmente deshecha por lo que "se suponía" había pasado con mis padres. ¡Ups! no mas sonrisas cuando alguien lo mencione.
- Mi papá me dijo que me acercara a ti y te diera mi apoyo en lo que necesitaras.
- Gracias – y esta vez no sonreí- es muy amable de tu parte, pero aun no puedo creerlo, todavía espero que sea un mal sueño- y esta vez si puse cara de aflicción.
- Bueno pues aquí estoy para lo que se te ofrezca.
En ese momento entramos al salón, y de igual manera todos se me quedaron viendo, yo les sonreía y ellos me devolvían la sonrisa, perfecto me dije, aquí hay 20 amigos potenciales ¡Genial! Al terminar la clase, salimos para tomar la siguiente, en el edificio de junto, ya varias personas me habían abordado para ofrecerme su apoyo, lo cual agradecía pero me hacia sentir mal saber que estaban conmovidos por una mentira.
La siguiente clase era Historia. Mi educación académica la había recibido por parte de mi familia, ellos me habían instruido en los conocimientos necesarios para poder asistir a la escuela preparatoria. Una ves que se tomo la decisión de que podía inscribirme, tuve que aprender todo lo que debí haber visto en caso de que hubiera asistido a la escuela normalmente. No fue difícil, mi inteligencia es superior a la de los seres humanos, debido, suponemos, a mi crecimiento acelerado y a la herencia genética de una mente de casi 100 años de edad.
Iba entrando junto con George al salón de historia cuando pasó algo muy extraño, casi todo sucedió al mismo tiempo, apenas vi a los dos vampiros sentados en la ultima fila cuando a mi mente llegó un ¡hola! Parpadee incrédula, pues el que podía leer las mentes era mi padre, pero yo había escuchado hablar a uno de ellos en mi cabeza, e inmediatamente después sentí la mano de mi papa en mi cintura, diciéndome muy despacio que saliera.
- ¿Qué pasa papá?- le dije poniendo mi mano en su mejilla, yo tenia un don especial de comunicarme si necesidad de hablar, tocando a la persona podía enviar directamente a su mente lo que quería decir.
- Esos dos vampiros, no los conocemos…
- ¿Y son peligrosos?
- No se princesa, pero…
- ¿Pero qué papá? No van a hacerme daño, Alice lo hubiera visto si esas fueran sus intenciones, o tu podrías leerlo en sus mentes.
- Sabes que Alice no puede ver tu futuro, eso no me hace sentir seguro, además son vampiros neófitos, no tengo idea cómo pueden estar ante un grupo de humanos así como si nada. En su mente hay millones de preguntas, quieren platicar con nosotros, pero prefiero que tú no estés cerca de ellos.
- Pero entonces ¿me harás regresar a casa? Sólo he tenido una clase- Empezaba a sentirme frustrada, por qué tenían que aparecer justo ahora.
- Si, princesa, ya telefonee a Rosalie y viene por ti
- ¿Es enserio? Pero… ¿por qué no te los llevas a ellos mejor y yo me quedo aquí?
- Porque tendría que alejarme de ti, ¿y quién te cuidaría entonces?
- Que los lleve Alice con mi abuelito, entonces…
- Ellos se sienten fascinados ante tu presencia, y quieren permanecer a tu lado, saber por qué eres un vampiro con un corazón que late – La angustia se hacía evidente en sus ojos, por lo que deduje que los pensamientos de los vampiros neófitos de mi clase, no eran del todo pacíficos.
- Esta bien papá, vámonos a casa. – ¡Que coraje!, me habían arruinado mi primer día de clases esos dos mocosos, que podrían tener de peligroso, si apenas debían estar alrededor de los 15 años.
me gusto mucho tu historia,seguire leyendo los capitulos poco a poco.
ResponderEliminarme gusto tu blog esta muy buena la presentacion
bueno cuidate.
chao
te espero en mi blog..