Renesmee -FanFic-
Primera Parte
Renesmee por fin ve cumplido su sueño de convivir estrechamente con los humanos, por fin logra el permiso de sus padres de inscribirse en la escuela, pero no sabe que es aquí donde conocerá un ser que transformará su vida, llevándola a experimentar sensaciones nuevas que nunca había sentido en su corta existencia.

Una verdad saldrá a la luz, algo que le habían ocultado por su bien, pero que la dejará tan lastimada que tomará decisiones que pondrán en peligro a todos, pero principalmente a la persona a la que ha pertenecido desde el principio de los tiempos y al que ama con la totalidad de su ser.

Prologo

- Jacob necesito hablar contigo.
- Está bien… ¿qué pasa? –dijo con cautela.
–Es sobre nosotros… -volví a dudar, tragué saliva y continué
–Sobre nuestra impronta.
Por la sorpresa tardo unos segundos en responder
-¿lo sabes? –preguntó al fin.
- Si… lo se, así como también se que decidiste ignorarla… decidiste rechazarme –se me quebró la voz en la ultima palabra.
- Nessie yo no… yo no decidí rechazarte… ¿¡De donde sacas eso!? –explotó.
- ¿No te pusiste de acuerdo con mis papás para mantenernos alejados? ¿Para que tuviera otras opciones?
Bueno, pues déjame decirte – grité - que el plan que fraguaron mis papás y tu, acerca de mi vida, dio resultado… ya tengo otras opciones.
Se hizo un enorme silencio, no podía imaginarme que estaría haciendo Jacob, si estaría respirando aliviado porque por fin se había librado de mí o si estaría muriendo de agonía como yo.
- ¿Otras opciones? –Pregunto por fin, con un hilo de voz apenas perceptible
-¡¿Quién?!
Me quedé callada unos segundos, respiré profundamente varias veces, tenía que hacerlo, tenía que terminar de una vez con esto, tragué saliva ruidosamente y dije. - Bill.
El dolor de su rechazo me había acercado al ser menos indicado, la persona a la que había decidido amar, reclamaría su derecho con furia, y una fuerza mucho mayor a la de un hombre lobo.

martes, 30 de junio de 2009

Capitulo XIV

Me despertaron los reflejos de luz que el sol provocaba en el rostro de mi madre, eran con pequeños diamantes que reflejaban el arco iris, se veía hermosa y le sonreí.
-¿Papá y los demás? –le pregunté.
- Escucharon otro oso, y Tom no pudo resistirse, tu papá fue con él, convencí a Seth que fuera con ellos.
- ¡Gracias! –dije aliviada.
- ¿Quieres que los alcancemos? ¿Tienes sed?
- No –dije dudosamente.
- Tiene tiempo que no te alimentas de sangre ¿Pasa algo?
- No… no se… no se me antoja eso es todo.

De repente pasó, ambas nos dimos cuenta casi al mismo tiempo, di gracias al Cielo que ni mi papá ni los otros estuvieran ahí. Sabía que lo notarían al instante.
-¿¡Mamá!? –Grite, sabia lo que me estaba pasando, pero me sentía morir de la pena, a pesar de estar en medio de la nada.
- No te preocupes, todo esta bien, podemos ir a la cabaña, y te cambiaras de ropa y listo.
- ¿Estas loca? ¿Crees que no se van a dar cuenta?… Tom… Seth… ¡Dios mío! ¡Que horror! –estaba entrando en pánico. Estaba teniendo mi primer periodo y no era lo mejor que te podía pasar si estabas rodeada de vampiros.
- Nessie, calma, te prometo que después de que te cambies de ropa nadie lo notara.
- ¡Ay mamá! me quiero morir- Chillé.
- No seas exagerada, aunque preferiría regresar a casa para que tu abuelito te revise.
- ¿A casa? ¡NOOOOOOO! –en la casa estaba Bill, pensé ¡Jesús! Me quedaría a vivir en la montaña, con la Sílfide, mientras esto se pasaba.
- Ya te dije que nadie va a notarlo. Créeme hija, yo conviví con ellos siendo humana ¿lo recuerdas?
- ¿Por qué quieres que me revise mi abuelito?
- No, no es por nada… nada malo pasa te lo aseguro.
- ¿Crees que sea otra cosa o qué, mamá? –ella se veía preocupada, pero no entendía por qué.
- Mi vida, es simplemente que tú no eres humana, no sabíamos que esto podía pasar, creíamos que no, lo recuerdas. Pero bueno… me sentiré mas tranquila cuando tu abuelito compruebe que todo esta bien ¿ok?

De repente los ojos se me llenaron de lágrimas, conmovidos; una ilusión muy grande se apodero de mí, y comencé a sentir el alivio a un miedo que estaba en mi mente, desde hace mucho tiempo.
-¿Qué pasa, nena? –me pregunto mi mamá, al notar que estaba llorando.
- Pensé que yo seria igual que ustedes, que mi cuerpo seria infértil… que no podría tener hijos…
- No sabía que era algo que te preocupaba mi amor.
No sabes muchas cosas de mí, pensé con amargura. Y entonces volvió el gesto de preocupación a su rostro, se apresuro a cargar todo encima de la camioneta, me dijo que desde la cabaña telefonearía a Emmett para que subiera por papá y los demás.

Hicimos el viaje de casi dos horas en 40 min. Íbamos en silencio, absorta cada una en sus propios pensamientos. Yo iba pensando en lo feliz que me hacía el hecho de ser humana en ese aspecto, y no haber heredado la infertilidad de los vampiros. Jacob era humano, a pesar de su capacidad de transformarse en lobo, tenía todas las necesidades humanas, comía, dormía, y si dejaba cambiar de fase, crecería, envejecería y moriría como cualquier otro humano. Yo estaba feliz de al menos poder ofrecerle una persona con la cual tener una familia. Era un punto a mi favor.

Llegamos a casa; mi abuelito tenía instalado todo un centro hospitalario especialmente para mí, dentro de la casa. Había todos los aparatos necesarios para atender cualquier emergencia humana que se me pudiera presentar, y llevaba un control periódico de mi desarrollo, aunque la mayoría de las ideas de cómo este se iba a desenvolver eran meras teorías, nada sabíamos en concreto.

- En efecto, estas teniendo un periodo menstrual, el primero –dijo mi abuelito después de revisarme, sonrío complacido, pero noto la preocupación en mi madre. Preocupación que me tenía realmente intrigada ¿Qué le pasaba?
- ¿Y es normal? Digo… ¿Todo esta bien en… mí? –Pregunte- Mi abuelito volteo a ver a mi mamá con cara interrogante, no sabia a que me refería.
- Nessie esta preocupada por si podrá tener hijos –contesto mi mamá, secamente.
- Claro que si ¿quieres que hablemos de anticonceptivos?
- ¡Noooo!-Grite apenada- Mi abuelito me sonrío, y me dijo que entonces había terminado. Pero volteó a ver a mi mamá, con aspecto interrogante nuevamente, pues ella estaba al borde de un ataque de histeria y ninguno de los dos sabíamos por qué. Me fui a mi habitación dejándolos solos, sabía que mi mamá no me diría lo que tenía por mucho que insistiera.

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